jueves, 22 de noviembre de 2012

EPÍSTOLA A ANDRÉ CRUCHAGA

Imatge presa de la xarxa




EPÍSTOLA A ANDRÉ CRUCHAGA





De los nudos del agua nunca se aprende la lección
André Cruchaga





El riu canta i la cançó del riu és mort anticipada, alta traïció que ens escola al regne de la mort. Somriure és, nogensmenys, lenta maledicció del penjat al bedoll del banyut solitari. Espill obscé en les sinagües del desig arraulit als llavis d’Isadora Duncan, semblant a la cornella. La maledicció rasa els teus versos, com les espases astrugues de la nit en els sucs de l’engonal despullat. Aquest nus de l’aigua cadena és que vicia tota gola, molsa de gorgones en metàfora oblíqua, un canvi d’agulla, com si destil·lares la saliva del silenci per a deshabitar-la a poc a poc.

(de La pell del pare, 2012)

 





EPÍSTOLA A ANDRÉ CRUCHAGA




De los nudos del agua nunca se aprende la lección
André Cruchaga






El río canta y la canción del río es muerte anticipada, alta traición que nos fluye al reino de la muerte. Sonreír es, no obstante, lenta maldición del ahorcado en el abedul del solitario cornudo. Obsceno espejo en las enaguas del deseo encogido en los labios de Isadora Duncan, tal la corneja. La maldición rasa tus versos, como las espadas astrosas de la noche en los jugos de la ingle despojada. Este nudo del agua cadena es que vicia toda garganta, musgo de gorgonas en metáfora oblicua, un cambio de aguja, como si destilaras la saliva del silencio para deshabitarla lentamente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario